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FRASCOS ÁMBAR DE LABORATORIO


Frascos ámbar para laboratorio

En el meticuloso mundo de la ciencia y la investigación, la estabilidad de una muestra es tan crucial como su composición inicial. Un error en el almacenamiento puede comprometer un experimento completo, invalidar datos y, en el peor de los casos, poner en riesgo la seguridad del personal. Es aquí donde entran en juego los frascos ámbar de laboratorio, un equipo especializado cuyo color no es un mero detalle estético, sino una barrera esencial contra un enemigo silencioso y omnipresente: la luz.

Estos recipientes están diseñados específicamente para proteger compuestos fotosensibles, garantizando que su integridad no se vea alterada por la exposición a la luz ultravioleta (UV) y visible.

La ciencia detrás del vidrio ámbar: Un escudo contra la luz

El vidrio ámbar, o marrón, debe su color a la adición de óxido de hierro y dióxido de manganeso durante el proceso de fabricación. Estos compuestos actúan como un filtro de luz, absorbiendo la radiación de longitud de onda corta, es decir, la luz ultravioleta y azul, que son las más energéticas y las que más daño pueden causar a las muestras.

La luz ultravioleta, en particular, tiene la capacidad de:

  • Degradar moléculas: muchas moléculas orgánicas, como vitaminas, colorantes o ciertos compuestos farmacéuticos, pueden descomponerse o cambiar su estructura molecular al exponerse a la luz.
  • Acelerar reacciones químicas no deseadas: la energía de la luz puede catalizar reacciones de oxidación, polimerización o isomerización, que alteran la composición de la muestra.
  • Alterar la potencia de los compuestos: en la industria farmacéutica, la luz puede reducir la eficacia de los medicamentos, lo que representa un riesgo para la salud del paciente.

Por estas razones, los frascos ámbar de laboratorio son la elección obligada para el almacenamiento de reactivos fotosensibles y de compuestos que requieren una estabilidad a largo plazo.

Aplicaciones clave de los frascos ámbar en la industria

La protección que ofrecen los frascos ámbar es vital en una variedad de campos.

  • Farmacéutica: en la fabricación y el almacenamiento de medicamentos, la estabilidad es crucial. Las vitaminas, los antibióticos y otros principios activos pueden perder su potencia o convertirse en tóxicos si se exponen a la luz. Por ello, es común ver que estos productos se envasan en recipientes de vidrio ámbar o en blísteres opacos.
  • Química analítica: en la cromatografía y otras técnicas de análisis, las soluciones estándar y los reactivos fotosensibles deben ser protegidos de la luz para garantizar la precisión de las mediciones. Un cambio mínimo en la concentración puede invalidar todo un análisis.
  • Cosmética y alimentos: productos como aceites esenciales, fragancias y extractos de plantas son muy susceptibles a la degradación por la luz. Los frascos ámbar de laboratorio se utilizan para almacenar estos compuestos, asegurando que sus propiedades se mantengan intactas.

Para garantizar la pureza de las sustancias con las que se trabaja, a menudo se utilizan destiladores. La calidad de la destilación es fundamental para la pureza del producto final.

Frascos de vidrio ámbar versus otros materiales

Aunque existen otras opciones para proteger las muestras, como el plástico opaco, el vidrio ámbar sigue siendo la opción preferida en muchos casos debido a sus propiedades superiores.

  • Inercia química: el vidrio de borosilicato, el material más común para los frascos ámbar de laboratorio, es excepcionalmente inerte. No reacciona con la mayoría de los productos químicos, lo que evita la contaminación de la muestra.
  • Resistencia a la temperatura: a diferencia de los plásticos, el vidrio de borosilicato puede soportar altas temperaturas sin deformarse ni liberar contaminantes, lo que es vital para la esterilización y el calentamiento de muestras.
  • Hermeticidad: los frascos de vidrio con tapones esmerilados o con rosca ofrecen un sello hermético que minimiza la evaporación y la entrada de contaminantes, algo que es crucial en la filtración para laboratorios.

Cuando se trabaja con volúmenes muy pequeños, los viales de laboratorio ámbar son la solución perfecta, ya que ofrecen la misma protección que sus contrapartes más grandes, pero adaptadas a las necesidades de la cromatografía y la investigación.

Consejos para el uso y manejo de frascos ámbar

Elegir el frasco adecuado es el primer paso, pero un manejo correcto es igual de importante para garantizar la seguridad y la fiabilidad de tu trabajo.

  • Almacenamiento: guarda los frascos en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa. Aunque el vidrio ámbar ofrece una excelente protección, una exposición prolongada a la luz puede comprometer la integridad de las muestras.
  • Limpieza: asegúrate de limpiar los recipientes a fondo antes de su uso para eliminar cualquier residuo de un experimento anterior. Una correcta limpieza es fundamental para evitar la contaminación cruzada. Para este proceso puedes usar vasos de vidrio de laboratorio para preparar soluciones de limpieza o para el enjuague final.
  • Etiquetado: siempre etiqueta tus frascos de laboratorio con claridad, indicando el nombre de la sustancia, la fecha de preparación y la fecha de caducidad. Esto evita confusiones y garantiza la seguridad en el laboratorio.

El uso de dosificadores y pipetas graduadas es una excelente práctica para transferir líquidos de forma segura y precisa desde estos frascos, minimizando el riesgo de derrames.

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